Estático

Quieto.
Todo queda suspendido alrededor.
Un reloj que no para, que marca constante y acelerado el ritmo de un tiempo que no avanza, que se mantiene imperturbable. Las agujas se congelan, se atascan, se detienen. El tiempo se retuerce, se transpone, se trastoca. Y permanece inmutable, gris, denso, pesado. Solo el sonido marca su existencia, sonido que no es tictac medido y cuantificado, que progresa y se desarrolla, sino ruido acelerado de un mecanismo roto y agotado que se niega a aceptar la derrota, pero se ve incapaz de sobreponerse a su propio inmovilismo, a la apatía de las agujas que se niegan a avanzar.
Y permanece en la quietud, deseoso de la progresión que su centro no tiene fuerzas para alcanzar.

Reseña: La tercera planta

La tercera planta es, resumiendo, una novela original, con rasgos de negra y toques de romántica, pero sin llegar a hacerse empalagosa, que nos lleva a pasear por las calles mágicas de la ciudad de Granada. Una historia con personajes que se cruzan, se lían entre ellos, se odian, se aman y buscan la manera de permanecer unidos a toda costa, incluso cuando los secretos más terribles salen a la luz para cambiarlo todo. Un libro cien por cien recomendable para aquellos que les gustan las novelas negras, fácil de leer y que queda en la mente cuando cierras sus tapas.