Peter Pan es uno de esos clásicos que todos conocemos y que, aunque siempre me llamaba la atención, nunca era suficiente la curiosidad por saber cómo es la historia original tal y como la concibió su autor. Hasta que dando una vuelta por el Abacus me encontré con esta edición de oferta que incluía los dos relatos donde aparece este personaje y, picada por la curiosidad y motivada por la necesidad de un nuevo libro para el reto lector, me decidí a llevármelo a mi casa.
El primer relato del libro se titula Peter Pan en los jardines de Kensington (1906) y es en él donde hace su primera aparición el afamado personaje de Barry. En esta historia descubrimos el origen de Peter Pan, por qué tiene tanto temor a ser mayor y por qué se va de casa. Al mismo tiempo, Barry realiza una acurada descripción de estos hermosos jardines londinenses y sus habitantes y rincones secretos: las hadas, la isla de los pájaros… Todo a través de pequeños cuentos que conforman los capítulos, en cada uno de los cuales nos cuenta una cosa distinta, pero sin dejar nunca la trama principal. Encontramos aquí a Peter como un bebé inocente, medio niño, medio pájaro, que sueña con ser un niño y regresar junto a su madre, pero al mismo tiempo teme crecer.
Todo el relato tiene un tinte melancólico y dramático que conmueve al mismo tiempo que te hace sonreír al recordar la inocencia de la primera infancia.
En algunos momentos se vuelve un poco tedioso al abusar de la descripción (algo, por otro lado, muy propio de los libros de este periodo), pero por lo general es un relato sencillo y muy fácil de leer y disfrutar.
El segundo relato, Peter Pan y Wendy (1911), como todo el mundo sabe, es la historia de tres niños ingleses que una noche reciben la visita de un extraño niño llamado Peter Pan. Peter había cogido la costumbre de acercarse a su ventana para escuchar cuentos y luego narrárselos a los niños perdidos de Nunca Jamás, y en una de esas incursiones había perdido su sombra y venía a recuperarla. Tras descubrir que Wendy conoce un montón de cuentos decide llevársela con él y la convence a ella y a sus hermanos de acompañarlo volando a la isla de Nunca Jamás. Allí, acompañados por el hada Campanilla y los demás niños perdidos, formarán una extraña familia y vivirán peligrosas aventuras entre indios, fieras y los temibles piratas del capitán Garfio.
Esta segunda parte es la que me ha sorprendido de verdad. Todos tenemos en nuestra mente a Peter como ese niño alegre y simpático, un poco travieso, que no quiere crecer y que vive en una isla donde todo es juego y diversión (y algún enfrentamiento con los peligrosos piratas). Nada más lejos de la verdad…
En realidad, Peter es un embaucador, y la inocencia que le caracteriza en el primer relato, se convierte aquí en una maldad que es aún peor por el hecho de que él no es consciente de ser malo. Dicho en otras palabras: Peter es un niño caprichoso y malcriado. Se mueve por su orgullo (son innumerables las ocasiones en que desconoce algo y finge conocerlo para no ser menos que los demás) y su egoísmo: prácticamente secuestra a Wendy y a sus hermanos solo para que le cuente cuentos y le haga de madre, cuando pierde el interés en algo o en alguien se olvida por completo de él, en las ocasiones en que ayuda a alguien no lo hace tanto por ayudar como por meterse en una aventura o en una buena pelea (siempre a muerte) con los indios o con los piratas, y si alguien le lleva la contraria o lo hace enfadar, sus castigos son terribles (la pena impuesta a los niños perdidos que empiezan a crecer es la muerte)… Solo al final del libro parece madurar un poco y crecer (qué desgracia para él) y, a pesar de querer inicialmente engañar a Wendy y los niños y hacerles creer que su madre los ha olvidado, al final mantiene la ventana abierta para que puedan regresar.
Y, sin embargo, es un personaje que se hace a la par odioso y entrañable, con un magnetismo especial que provoca que todo el mundo, niños y adultos, caiga rendido a sus pies. Quizás es por eso que todavía hoy Peter y el País de Nunca Jamás crean esa fascinación en el imaginario colectivo.
Por otro lado, si el protagonista ya es así de cruel (al modo en el que solo un niño al que aún no le han enseñado a distinguir lo que está bien y lo que no), ¿cómo va a ser el antagonista? Pues todavía peor. Garfio es un hombre cruel, inteligente, elegante y refinado. Trata a sus hombres como a perros y estos le siguen como tales. Fue el pirata más temido y solo hay una cosa que lo aterrorice: El cocodrilo. Aquel al que Peter le dio de comer la mano que le cortó a Garfio y que, desde entonces, lo persigue para comerse el resto. Es por eso que Garfio detesta tanto a Peter, por eso y por sus buenos modales; porque Peter es un malcriado, pero al mismo tiempo sabe comportarse de forma educada de una forma natural, y eso enerva al capitán, que considera los modales la cosa más importante del mundo. Garfio es, quizás, uno de los mejores villanos que he encontrado últimamente, terrorífico a la par que seductor (incluso a Wendy le impacta la primera vez que lo ve) y cuyas motivaciones, al final, resultan bastante comprensibles y coherentes.
En conjunto, nos encontramos con un libro de fantasía divertido, lleno de reflexiones y con muchas escenas de una dureza tal que me lleva a pensar si realmente es una historia para niños o más bien es que con los años hemos ido considerando a los niños más simples y susceptibles de lo que son o de como se les consideraba antes. Es un libro que desprende nostalgia a la vez que crueldad, y alegría, inocencia, sabiduría, tristeza, soledad… con un lenguaje sencillo y a la vez cargado de ironía y con unos personajes magníficamente construidos. Una historia de aventuras que nos hace soñar con ser niños otra vez y, al mismo tiempo, desear crecer.
Peter Pan
Autor: James M. Barrie
Editorial: Valdemar / El Club Diógenes
Año: 2009
Nº de págs.: 386
ISBN: 978-84-7702-639-6
Consigue el libro aquí.
Jonathan Naharro
Nusansu