Siguiendo con el reto de lectura que empecé este año, para marzo me ha tocado buscar un libro con nombre de mujer en el título.

Fueron muchos los libros y autores que pasaron por mi mente (Lolita, Emmanuelle, Malena es nombre de tango…), pero me apetecía probar algo nuevo, desconocido, de lo que nunca hubiese siquiera escuchado hablar. Así que me di un paseo hasta la biblioteca pública de Tarragona y navegué entre sus estantes. Encontrar un libro con este requisito, sin un autor o una palabra concreta para buscar, resulta un poco difícil, pero al final, en uno de los expositores de lecturas recomendadas, me encontré con Los peligros de Paulina y otros cuentos selectos de Salvador Garmendia.

Los peligros de Paulina y otros cuentos selectos es, cómo el título muestra, una selección de cuentos de Salvador Garmendia, autor venezolano del que nunca había escuchado hablar pero cuya importancia dentro de la literatura venezolana resulta evidente tras leer la introducción de la antología, realizada por Viviana Paletta, y hacer un poco de búsqueda. Ganador de varios premios, entre los cuales el Premio Nacional de Literatura de Venezuela, fue una de las figuras destacadas de la intelectualidad americana, especialmente como autor de narrativa breve. Ubicado en la periferia del «boom» latinoamericano de los 70, contribuyó con una obra vasta y variada (publicó una veintena de títulos destinados al público adulto, varios de literatura infantil, escribió guiones radiofónicos y televisivos, fue locutor profesional, periodista y autor también de varios libros de ensayos, así como de sus columnas periodísticas, que fueron reunidas en libros) a renovar la literatura en español y, especialmente, la venezolana.

Aunque en primera instancia uno espera encontrarse con historias fantásticas de misterio, fantasmas y terror (no en vano, en su contra, lo venden como un libro donde «se despliegan en sus ficciones muñecas de cristal, fantasmas, muertas novatas, maniquíes, espejos, azoteas, pianolas que provocan festines caníbales, edificios líquidos, metamorfosis felinas, crímenes por aburrimiento en salas de espera […]», el contenido de estos cuentos no gira, ni mucho menos, alrededor de este género.

Sí encontramos, en cambio, una visión de la realidad vista a través del filtro de lo fantástico y la alucinación o cómo lo fantástico se ve como cotidiano y anodino. Es difícil pararse a analizar cada uno de estos cuentos en solo un mes, porque suman unos 60 y muchos merecerían una doble e incluso triple lectura para profundizar en ellos y extraerles todo su significado.

En ellos, la urbe, la enorme Caracas, se vuelve escenario y protagonista de sus historias, y los personajes que la pueblan, como bien dice Paletta, son «excéntricos, anómalos, maniáticos, perversos, incluso cómicos; pero también pobres, anónimos, acaso triviales» y «a través de ellos se exploran los límites entre la vigilia y la ensoñación, la pesadilla, en medio del alienante tráfago de las ciudades».

Todo esto lo podemos ver si analizamos, por ejemplo, el texto que da título a la antología:

Paulina es una joven que, en cuanto cruza la puerta de su casa, se transforma en una muñeca humana, de partes que se sacan y sustituyen con facilidad (los ojos, las manos), de intensa y amplia sexualidad. Vive y experimenta situaciones al límite en el ámbito de su cuerpo, pero sin la menor emoción, de un modo rutinario. Cada vez que traspasa el portal y sale a la calle se introduce en una realidad alternativa, completamente deshumanizada, en la que podemos entrever un reflejo de la alienación y la deshumanización de las grandes ciudades.

También podemos ver, en sus cuentos, su interés y sus reflexiones en torno a la literatura y la poesía. Como ejemplos, el relato titulado «Tigre», en donde, a mi parecer, el tigre es una metáfora de las ideas que surgen del papel, a veces como gatos mansos, otras atacando con fuerza como un poderoso tigre que asalta e incluso amedrenta un poco al autor cuando menos se lo espera.

Otro ejemplo, esta vez más directo, es el relato que cierra la antología, «Autorretrato con asas para levantarlo», en el cual el autor reflexiona sobre su vida y su obra y se declara autor de cuento porque «El cuento es tenido como una disciplina menor. No genera teoría. Cada quien escribe el cuento que quiere y como quiere, sin que nadie se meta. La escritura del cuento posee la limpidez cerrada del acto poético. La oración sin fisuras, cuyos empalmes se producen por un impulso espontáneo del propio material. La palabra que brota en el cuento es un germen predispuesto para la madurez, en cuyo centro crece y se independiza el calor del poema».

Como conclusión: confieso que, por la estética de la cubierta y el texto de la contra, me llevé este con una idea muy distinta a lo que luego, al iniciar la lectura, me encontré (no siempre te puedes fiar de las primeras impresiones). Sin embargo, ha sido un verdadero curso de iniciación en la obra de un autor magnífico, aunque hasta ahora tristemente desconocido, sepultado bajo la obra de autores coetáneos que sí están presentes en las aulas de cultura general y de literatura en español.


Los peligros de Paulina y otros cuentos selectos

Autor: Salvador Garmendia

Editorial: Salto de Página

Páginas: 352

ISBN: 978-84-16148-08-0

Deja un comentario