¡Hola a todos! Disculpad que últimamente tenga esto un poco abandonado, pero tengo varios proyectos entre manos que me roban parte del tiempo que antes dedicaba al blog. Sin embargo, voy a intentar redimirme y volver a publicar más seguido.
Así pues, regreso al fin con una nueva reseña de un libro que cogí con muchas ganas y que me encantó. Se trata de El bestiario de Axlin, la primera parte de la nueva trilogía de Laura Gallego.
Tras la gran expectación que se creó en las redes con el lanzamiento de este libro (hay que admitir que el equipo de community managers hizo un buen trabajo) y tras ser bombardeada constantemente con información por Jonathan y Laura (hasta el punto de contagiarme con su entusiasmo), decidí que tenía que leerlo sí o sí, así que lo convertí en mi regalo de Sant Jordi.
El mundo donde vive Axlin es un lugar plagado de monstruos. Desde el día de su nacimiento, se ha visto forzada a sobrevivir frente a los horrores que asedian los enclaves, entrando en las casas por las noches para llevarse a los niños mientras duermen e intentando destruirlos. Ella misma sufrió uno de esos ataques cuando, a los cuatro años, un monstruo casi se la lleva, lesionándola y dejándole una cojera permanente. Pero conoce a todos los monstruos y ha aprendido a protegerse de ellos, y si no sale del enclave, logrará sobrevivir. O eso cree hasta el día en que unos niños provenientes de otro enclave que ha sido arrasado le descubren que hay monstruos de los que nunca ha oído hablar y de los que no sabe defenderse, así como una utópica ciudad en la que la gente puede vivir sin miedo a ser atacados: la Ciudadela.
Impulsada por el miedo a que su hogar sea atacado por monstruos desconocidos y por su insaciable curiosidad, Axlin toma la difícil decisión de no hacer lo que se espera de ella y salir del enclave. Pesé a su cojera, que la hace una presa fácil, se propone investigar todo lo que pueda sobre los monstruos y plasmar sus descubrimientos en un libro que pueda servir de guía y protección a otras personas. Por eso decide partir con los buhoneros para reunir la sabiduría ancestral de los enclaves en su precaria lucha contra los monstruos y descubrir si realmente existe un lugar libre de ellos. No obstante, a lo largo de su viaje descubrirá y aprenderá cosas que jamás habría imaginado cuando partió.
En esta primera parte de la trilogía, viajamos junto a Axlin de enclave en enclave conociendo las distintas clases de monstruos que acechan este mundo (no en vano el libro lleva el título de «bestiario»). Para ello, vamos siguiendo el mapa que conforma las guardas del libro e incluso llegamos un poco más lejos: desde el oeste, donde los enclaves resisten los ataques de los monstruos a duras penas, hasta la magnífica fortaleza que es la Ciudadela y las tierras desiertas que se extienden más allá. Axlin acompaña a los buhoneros en sus rutas de enclave en enclave, aprendiendo sobre los diversos monstruos que existen y los métodos que se emplean para defenderse de ellos y anotándolo todo en su libro.
Porque, de hecho, Axlin posee una cualidad que nadie más en su enclave (ni en la mayoría de los que la rodean) posee: sabe leer y escribir. Un talento del que ella se siente muy orgullosa pero que, en un mundo donde el único objetivo es sobrevivir, nadie considera de ninguna utilidad. Sin embargo, a medida que avanza el libro, Axlin demostrará que los demás se equivocan y que su proyecto es realmente importante y útil para la supervivencia de la especie humana.
Debo decir que este libro me sorprendió. He empezado a leer a Laura Gallego recientemente (de hecho, solo he leído el primero de Idhún) y ya tenía claro que era una gran escritora de fantasía, pero por la propaganda que se había hecho del libro, y por sus antecedentes, iba concienciada en encontrarme con un libro claramente infantil-juvenil. Esta idea pareció ratificarse al empezar a leer y encontrarme con los dedoslargos, los nudosos, las pelusas… Nombres que, de primeras, no parecen muy terroríficos. Sin embargo, a las pocas páginas la cosa empieza a cambiar. Es un cambio progresivo, que se endurece sobre todo hacia el final (a medida que Axlin se acerca a la Ciudadela). Los monstruos pueden tener nombres ridículos, pero se limitan a reflejar alguna de sus características. Su aspecto no queda muy definido, las descripciones del libro son más bien escuetas, pero eso tal vez se deba a que, cuando te encuentras con ellos, no tienes la ocasión de perder el tiempo observando sus detalles y características (a no ser que quieras convertirte en su cena). Sus actos, por otro lado, tienen poco de ridículos y su motivación parece ser única y exclusivamente aniquilar a la humanidad.
Pero los momentos más duros, los que me han hecho pensar que la novela es más adulta de lo que en un primer momento se esperaba, no se producen enfrentándose a los monstruos, si no a los propios seres humanos. En el último tercio del libro, esa sociedad utópica en la que todos colaboran por un objetivo y un bien común, se degrada hacia el individualismo. Axlin, que jamás ha creído en la necesidad de defenderse de sus iguales, acabará sintiéndose más insegura tras los muros de la propia Ciudadela que mientras viajaba de enclave en enclave.
Algo que también me ha parecido curioso de la estructura del libro es el cambio de protagonista hacia el final. No voy a desvelar mucho de la trama, pero en el momento en que Axlin decide separarse de Xein y seguir con su camino, abandonamos sus pasos y no los retomamos hasta los capítulos finales. A quien seguimos entonces es a Xein, un curioso muchacho de ojos dorados cuya visión del mundo es totalmente distinta de la de Axlin, aunque, al mismo tiempo, es mucho más inocente. Es con él con quien asistimos a los momentos más duros del libro (salvo un episodio vivido por Axlin que, llamadme sádica, pero creo que debería haber sido peor) y con quien descubrimos finalmente quienes son los Guardianes de la Ciudadela (aquellos que dan nombre a la saga).
En conclusión, el libro me parece un inicio muy interesante de la trilogía, un prólogo perfecto a partir del cual desarrollar una trama intensa a través de los dos volúmenes que faltan, respondiendo a toda una serie de interrogantes que quedan abiertos. Se trata de una lectura muy amena, con un lenguaje claro y conciso, aunque a veces peca de poco detalle en las descripciones, y con una historia mucho más compleja y oscura de lo que parece a simple vista. Un libro fácil de leer y que no deja lugar para el aburrimiento. Realmente espero con ganas la aparición de la segunda parte.
Solo un apunte, o más bien una curiosidad, antes de terminar: ¿alguien se ha fijado en que no aparece un solo nombre propio en toda la novela que no contenga por lo menos una «x»? Axlin, Xein, Tux, Loxan, Bexari, Yoxin, Salax… Quizá sea un simple capricho de la autora, pero realmente me ha llamado la atención.
El bestiario de Axlin
Autora: Laura Gallego
Editorial: Montena
Año: 2018
Páginas: 508
ISBN: 978-84-9043-931-9
Consigue el libro aquí.
Jonathan Naharro
Nusansu
Jonathan Naharro
Nusansu