El año pasado (2013) tuve la suerte de asistir a una conferencia realizada por la autora
Alicia Giménez Bartlett durante el encuentro de Escritoras en la Universidad 2013 organizado por el departamento de Filologías Románicas de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. Giménez Bartlett, creadora de la detective Petra Delicado, Habló sobre “El acto creativo deconstruido”. En ella expuso su concepción sobre la estructura del acto creativo de una forma muy clara y didáctica partiendo de los que considera que son los siete puntos principales al momento de escribir. A continuación, transcribo de los apuntes que tomé las ideas que transmitió. Espero que os parezcan tan interesantes e ilustradoras como me parecieron a mí:
1. ¿Por qué escribe alguien?
Que el talento artístico es innato es una teoría errónea. Las circunstancias de la vida son lo que nos lleva a un interés artístico. No es algo inamovible, aunque las razones se encuentran implantadas en un lugar incierto.
La vocación creativa puede encontrarse motivada por un deseo de comunicarse con los demás, para hacer una autoexploración anímica (algunos escritores escriben para librarse de la locura), por el deseo de explicar a los demás y a sí mismo el mundo; por el deseo de cambiar el mundo; el deseo de contar con fama, dinero o gloria; etc.
2. ¿Cuáles son las condiciones del escritor?:
Un buen escritor debería reunir una serie de condiciones:
La imaginación es una de las condiciones principales. Imaginación es la facultad de reinterpretar lo que se ve, oye o percibe; es el arte de relacionar las cosas entre sí.
También es imprescindible la observación: observar a la gente, los espacios, los objetos… todo aquello que te rodea. Los personajes y las escenas nacen de observar la realidad.
También la curiosidad, el querer saber cosas, es un elemento importante. Hasta lo más anodino puede ser valioso a la hora de crear una historia.
El sentido del humor, aunque opcional, es también una buena condición. El humor impide al autor ser maximalista y solemne (la ritualización entorno al escritor es algo excesivo e innecesario) y le impide también ser pedante u orgulloso al mismo tiempo que permite al lector ser indulgente con el autor y la obra.
3. Materiales necesarios para el escritor:
El autor puede sacar su material de diversos sitios. Hay tres tipos distintos de autores según el origen de su material:
Narradores autorreferenciales: son los que parten de sí mismos, de su vida y su mundo interior para formular su obra; todo lo que rodea al narrador es usado y convertido en materia narrativa. Esta autorreferencia puede ser evidente o no.
Creadores de la experiencia: no se limitan a su mundo interior sino que se interesan por lo externo: lo que pasa en el presente y lo que sucedió en el pasado. La sociedad es muy importante para este tipo de narradores.
Escritores de la fantasía: crean imágenes que no existen en la realidad e incluso mundos enteros.
4. ¿Qué es la materia narrativa?
Hay que escoger en función de lo que te interesa mostrar y destacar. Todo puede ser materia narrativa.
5. Métodos:
No hay una lista causativa, cada uno debe tener su propio método, pero sí hay una clasificación genérica básica.
Para empezar, hay dos tipos básicos de narradores:
Visuales: el impulso de escribir viene motivado por una imagen. Trabajan a menudo con la imagen, crean personajes con una gran intensidad física, usan descripciones detalladas y son grandes creadores de atmósferas.
Auditivos: algunas frases o retazos de conversaciones son su impulso creativo. Suelen usar pocas descripciones, con pocos detalles y no son muy buenos en las atmósferas; sin embargo, son buenos en los registros verbales y dialectales y en los diálogos.
El método para poner en práctica estas aptitudes también es diverso:
Escritor arquitectónico: partiendo de la idea hace un plano de su obra y sabe de principio a fin dónde y cómo va a suceder todo casi al 100 %. Solo cuando el “plano” está completo se pone a escribir. Sin embargo, es difícil crear el plano antes.
Escritor escultórico: parte de la idea y empieza a darle forma sin saber muy bien a dónde va. Su mente está en alerta, atento a la aproximación de ideas nuevas. Las obras resultantes muchas veces son más imperfectas que las del “arquitectónico”, pero este método permite al autor jugar con su historia y equivocarse.
6. ¿Dónde va la obra?
Obviamente, al público receptor.
Para algunos autores el público no importa, no escriben pensando en un tipo de público concreto y no se plantean si la obra será entendida o aceptada. Tampoco buscan la provocación; si esta existe, surgirá de la propia obra.
Otros autores dirigen la obra pensando en su público ideal. El resultado de esto puede ser un simple panfleto acomodaticio, por lo que es una opción poco recomendable.
El caso más común, pero, es el del autor que no quiere ceder a la moda y que organiza su obra según sus propios intereses literarios, pero es consciente al mismo tiempo de que alguien leerá la obra, por lo que hace concesiones para que el texto sea asequible y se entienda.
El lector es un elemento muy importante, pues es el último eslabón de la cadena que completa el acto creativo.
7. Elemento característico del acto creativo:
La soledad. Escribir es un acto solitario, no solo físicamente sino también ante la nada, el vacío, del que se parte.
¿Qué os parece? ¿Estáis de acuerdo con su opinión? ¿Os sentís identificados con alguno de los métodos o tipos de escritores?
En http://www.aliciagimenezbartlett.es/ encontraréis más información sobre la autora.
Antón
Nusansu