Tenía una idea en la cabeza. Era una idea tonta, loca, pero no podía dejar de pensar en ella.
—Todo el mundo tiene un doble en alguna parte, lo sé —le decía a todo el mundo—. Todos tenemos un doble, alguien exactamente igual a nosotros, y algún día me gustaría encontrar al mío.
Dispuesto a cumplir su sueño, llevaba a cabo muchos viajes por todo el mundo siempre que se lo permitía su trabajo. Así, viajó por los cuatro puntos cardinales, desde la China a Brasil, desde Groenlandia hasta Zimbaue, pero no disfrutaba de la experiencia ya que sólo observaba el rostro de toda la gente con la que se cruzaba. Poco a poco, la idea se convirtió en una obsesión y pasaba más tiempo en barcos y aviones, viajando y buscando, que en la mesa de su despacho.
Un día, en el avión de vuelta a casa tras uno de sus viajes, este empezó a sacudirse en medio de una tormenta mientras él estaba encerrado en el baño. Se aferró a la pica, asustado. Si moría allí jamás podría encontrar a su doble. Una sacudida más fuerte que las anteriores lo empujó contra la pared cuando los motores fallaron y el avión empezó a caer.
Zarandeado como un muñeco, sorprendido, descubrió que no estaba solo en ese cuarto de baño. Y al fin se vieron. Allí lo tenía, frente a él, con la misma expresión de sorpresa y alegría en su rostro.
—Te estaba buscando —dijeron a la vez.
Y, cuando el avión impactó, murió riendo mientras su reflejo en el espejo reía con él.

Comentarios (4)

  1. Responder

    Permítieme, de momento, tan sólo saludar, en educada respuesta a tu visita a mi página que, espero, sea la primera de algunas más.
    Prometo ser más extenso en próximos comentarios, que los habrá. A mí se me hace muy cuesta arriba concentrar tanto la idea, es cuestión de estilos, supongo. Así que valoro el esfuerzo y la dificultad que conlleva condensar el mensaje. Muy cierta la alusión borgiana y muy gratos frescura, ingenio y giro final.

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      Hola Héctor, encantada de que te hayas pasado por aquí.
      A mí me resulta más complicado lo contrario, extenderme sin que se pierda la fuerza ni la coherencia, sin que el texto pierda la frescura. Sin embargo (ya los verás si sigues leyendo) tengo textos algo más largos.
      Aunque había estudiado a Borges y su doble poco antes, no lo tenía para nada en la cabeza cuando escribí este texto, pero me sorprende y me alaga de veras que veáis alguna similitud, alguna alusión, al autor y su concepto. Me alegra que opinéis eso y, aún más, que te haya gustado mi texto.
      Por mi parte, puedo asegurarte que me iré pasando por tu página, pues los textos que he leído hasta el momento me parecen exquisitos y han hecho que te ganes una nueva seguidora.

  2. Responder

    Hace un tiempo dejaste la dirección de tu blog en el mío «misrelatosyesteblog» y no he podido visitarte antes porque no había dinero para un trasto nuevo. Me ha gustado, muy Borgiana la historia de los dobles, y por Borgiana universal. Otro día me paso con más tiempo. Un saludo.

    • Responder

      Realmente creo que hace bastante de eso jeje. Me alegra que te guste y más aún que conozcas la obra de Borges y me compares con él (aunque sé que no le llego ni a la suela de los zapatos).
      Eres libre de pasarte y comentar siempre que quieras. Nos leemos. Un saludo.

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